5.10.09

Las texturas del alma en una voz: MERCEDES SOSA.

Cuando parte alguien amado, pocos momentos son tan intensos como el primer atardecer. Es el anticipo de la primer noche. Un espacio y tiempo temidos por su vacuidad...
Probablemente la vorágine urbana, en un rato no más, nuevamente nos envuelva en su torbellino de locura.
Pero, cuando una partida deja en el aire flotando una voz tan enorme y profunda, escucharla se hace natural y necesario...para seguir andando la vida.
Porque con todas las voces amadas sucede eso: la buscamos, queremos volver a escucharla. Lo dicho o algo nuevo. Voz es presencia. Voz es viaje constante por el Universo. Voz es eternidad.
Es el primer atardecer sin la presencia física de La Negra...pero éste, como cada uno de los atardeceres que vengan, tiene en el aire la caricia de su voz, y la calma sabia de sus cantares para cuando el corazón "pida gancho" en la carrera, o cuando el alma se siente a dejarse mimar. Hasta luego Maestra...

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