Es que despertar cada mañana es un riesgo que aceptamos: vivir un nuevo día.¿Con lo que venga o solo con lo que espero? ...¿Qué espero?...¿Qué soñé para mí y mi vida?..Porque seamos sinceros, puedo aportar mi acción para que otro logre su sueño, y ahí entramos en esto de respetar a otro, pero no puedo soñar por él... porque solo logro lo que soñé para mi vida, y desde ahí me brindo.
Soñar. Proyectar. ¿No tiene acaso el tácito riesgo de fantasear un ápice? ¿Quién no ha iniciado un proyecto de vida "fantaseando"? Como si fantasear fuera peyorativo a la hora de realizarse.
Desde el beso en el zaguán han surgido maravillosas fantasías de pareja y sueños cristalizados en enormes familias.
En míseros galpones surgieron enormes corporaciones que dan trabajo a miles de familias.
En noches solitarias, y hasta de insomnios atormentados han surgido magníficos relatos, inolvidables personajes, sagas trascendentales que tocaron a millones de otros soñadores en noches solitarias que, vaya a saber, cuánto de esas fantasías devoró su propio sueño para alcanzar una realidad en sus días.
El mundo hoy le sirve en bandeja de cristal a las nuevas generaciones material con la fantasía, pareciera ya diseñada....Creer eso es un riesgo. Una opción de tantas, porque mi querido lector que estás ahí frente a esta pantalla, nada ni nadie puede darte mejor manjar que tu propia fantasía. Esa, que se nutre en aceptar tu propio riesgo de soñar. ¡Y otra vez el riesgo metido en este artículo!...
Claudia
Dos cristalizadores de grandes fantasías terroríficas, de esas que hoy llenarán el universo de palabras en tantos cuentos de terror. Vincent Price y Pete Lorre, inolvidables. ¡A fantasear en Halloween!
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