Nuevamente el ritual se llevó a cabo.Ese ritual renovado del encuentro para contarnos la vida. La llovizna de la última tarde de otoño, el café y las historias...no faltó nada, para hacer de éste un sábado pleno, donde comprobamos una vez más, que "si la casa es chica, pero el corazón es grande" todo lo que allí suceda será bueno. Y así fue, desde Catimbao Bar, abrimos esa puerta mágica al mundo de los cuentos. Estamos felices, y nos gusta compartirlo...¿Qué màs podemos decir ?
Un dìa varias voces descubrimos que muchas inquietudes nos vinculaban con los demàs y con la vida. Así, empezamos a contar cuentos a esa oreja verde que todos llevamos, la que nos permite, segùn Gianni Rodari, "escuchar aquello que ya adultos no nos detenemos a escuchar".Hoy cada voz tomó un rumbo propio. Queda aquí encendido entre historias y también melodías, aquel fuego que los amantes de la narración saben que es generoso y sagrado, para quien quiera esuchar o contar..¡Bienvenido!
Miro las fotos y yo también aplaudo, desde mi casa.
ResponderEliminarMil besos, desde Mar del Plata!