Cuando parte alguien amado, pocos momentos son tan intensos como el primer atardecer. Es el anticipo de la primer noche. Un espacio y tiempo temidos por su vacuidad...
Probablemente la vorágine urbana, en un rato no más, nuevamente nos envuelva en su torbellino de locura.
Pero, cuando una partida deja en el aire flotando una voz tan enorme y profunda, escucharla se hace natural y necesario...para seguir andando la vida.
Porque con todas las voces amadas sucede eso: la buscamos, queremos volver a escucharla. Lo dicho o algo nuevo. Voz es presencia. Voz es viaje constante por el Universo. Voz es eternidad.
Es el primer atardecer sin la presencia física de La Negra...pero éste, como cada uno de los atardeceres que vengan, tiene en el aire la caricia de su voz, y la calma sabia de sus cantares para cuando el corazón "pida gancho" en la carrera, o cuando el alma se siente a dejarse mimar. Hasta luego Maestra...
Un dìa varias voces descubrimos que muchas inquietudes nos vinculaban con los demàs y con la vida. Así, empezamos a contar cuentos a esa oreja verde que todos llevamos, la que nos permite, segùn Gianni Rodari, "escuchar aquello que ya adultos no nos detenemos a escuchar".Hoy cada voz tomó un rumbo propio. Queda aquí encendido entre historias y también melodías, aquel fuego que los amantes de la narración saben que es generoso y sagrado, para quien quiera esuchar o contar..¡Bienvenido!
Que así sea.
ResponderEliminarHasta luego,Negra!
Les dejo besos.